top of page

Nosotros

Nosotros, la familia espiritual de la Parroquia San Gabriel de los Chillos, anhelamos experimentar a Jesús como el único centro de nuestras vidas. Él es la prueba del amor de Dios por nosotros. Él prometió que el Espíritu Santo siempre estaría entre nosotros.

 

Cuando nos reunimos en comunidad somos fortalecidos con la presencia de Jesús en Su Palabra, en Su alimento sagrado: la Eucaristía, y el uno en el otro formando Su cuerpo, es decir la comunidad y la familia.

 

Al experimentar de manera profunda Su persona en nuestra realidad, llegamos a reconocer que Su deseo no es solamente venir a cada uno de nosotros de manera individual, sino llegar a través nuestro a todo aquel que quiera conocerlo.  Cuando sentimos el gozo de compartir Su mensaje y el amor de Su Padre, llegamos a darnos cuenta que nuestra misión de ser el uno para el otro, no fluye de un comando externo, sino de un deseo interno de celebrar y proclamar ese amor inmensurable e interminable.

 

En este momento, al considerar nuestra vida como comunidad, no dejemos ningún área de la vida de nuestra Parroquia sin examinar. Debemos mejorar lo bueno que está pasando y reexaminar, renovar o remover todo lo que no refleje totalmente a Jesús para aquellos que esperan verlo entre nosotros.

 

Debemos vivir nuestra vida de manera que sea un reflejo fiel de Jesús, y compartirla con nuestra Parroquia, nuestra Arquidiócesis y nuestra Iglesia Universal. Así, todos unidos, es que podemos conocer y amar profundamente la Buena Nueva.

 

Debemos extendernos nosotros mismos y evangelizar más allá de los límites de nuestra propia comunidad, e ir a todos aquellos cristianos y no cristianos que están esperando que Jesús venga, y mostrarles que Él está vivo…..

a través de la fe,

a través de nuestras manos,

a través de nuestro corazón,

a través de nuestra compasión,

a través de nuestras oraciones.   

 

 

¡VEN ESPIRITU SANTO, BENDICE NUESTRO TRABAJO,

PURIFICA NUESTRAS VIDAS Y FORTALECE NUESTRA VOLUNTAD!

 

 

DECLARACIÓN DE LA MISIÓN DEL RETIRO DE EMAÚS

CARTA DE JESÚS
 

Querido amigo:

Quería escribirte esta carta para decirte cuánto te amo y cuánto te cuido. Te veo muchas veces durante el día hablando con tus amistades y Yo, lleno de esperanza, espero que también quieras hablar conmigo. Te regalo al atardecer la puesta del sol y una brisa fresca para tu descanso al final del día; te espero, pero muchas veces tú no vienes.  Te extraño y a pesar de todo, siempre te amo porque soy tu amigo.

Muchas noches cuando te vas a dormir, anhelo llegar a ti. ¿No has notado que derramo la luz de la luna a través de tu ventana? Lo hago con la esperanza de que te acuerdes de mí y que podamos pasar unos momentos juntos. Tengo tantos regalos que quisiera compartir contigo. Por las mañanas estás tan a la carrera que casi no tienes tiempo para decirme buenos días, mucho menos “te amo”.

Algunas veces te ves tan triste, tan solitario. Me duele el corazón verte así; Yo también tuve personas que me defraudaron y que me hirieron, pero al igual que Yo las perdoné, tú también tienes que perdonarles. Recuerda que no estás solo, Yo siempre te amaré, te perdonaré y estaré contigo.

¡Si tan solo quisieras oírme! ¡Qué bueno sería que escucharas, pues me estarías oyendo decir lo mucho que te amo! Todos necesitamos escuchar esas palabras. Trato de decírtelo en el cielo azul y en la hierba verde y callada. Te lo digo en el susurro de las hojas de los árboles y en mi aliento de amor que da color a las flores. Te lo grito desde las corrientes que nacen en las montañas, en las canciones de amor que doy a las aves para que te lleven mi voz. Te cobijo con los tibios rayos de sol y endulzo tu aire con aromas de campo. Mi amor por ti es más profundo que el mar, más grande que cualquier necesidad o deseo que alguna vez puedas tener. ¡Si tú supieras cuánto anhelo poder caminar contigo el camino Emaús! Quisiera hablarte, instruirte, alimentarte, estar contigo y abrirte los ojos, así como lo hice con los discípulos.

Sé lo difícil que es esto en la tierra, realmente lo sé; recuerda que Yo también viví allí. Yo quiero ayudarte. Quiero que conozcas a Dios, nuestro Padre, así como Yo lo conozco. Él es maravilloso y quiere que sepas cuánto te ama. Tú sabes que así es nuestro Padre, siempre queriendo lo mejor para nosotros. ¡Llámame, pídeme, habla conmigo! Por favor no me olvides. Tengo tanto que compartir contigo, pero más que todo, amo estar en tu presencia. Espero que esto llegue a ser mutuo.

¿Tienes idea de cuánto te amo? Te amo tanto que te escogí y tomé la libre decisión de estirar mis brazos y morir por ti. Sabes, el decir que te amo no es suficiente. Amar es una decisión, no un sentimiento. Para tomar una decisión tienes que escoger. Mi escogencia me llevó a dar mi vida en la tierra por tu salvación. Quizás tú escojas controlar tu lengua criticona, tus resentimientos, tu adicción o la falta de disposición a perdonar. Este es el momento de tomar la decisión de hacer cualquier cambio que sea necesario en tu vida y empezar un nuevo camino conmigo. ¿Estás listo a hacer esa clase de compromiso? Déjame saber tu decisión respondiendo a esta carta. Cuéntame cómo te sientes, derrama tu corazón sobre mí. Yo lo sanaré, Yo te he prometido que lo único que siempre vas a necesitar es mi corazón amoroso y compasivo. Siempre has tenido la libertad de escogerme. Hoy te pregunto ¿estás dispuesto a hacerlo? Esperaré tu respuesta ansiosamente.

 

Te amo, 

 

Jesús

                                              

  • facebook-square
  • Twitter Square

© 2023 by EMAUS VALLE DE LOS CHILLOS

bottom of page